martes, 28 de julio de 2009

BASES MILITARES DE UN IMPERIO

SON LAS BASES MILITARES DE UN IMPERIO

Intervención del senador Jorge Enrique Robledo en el debate sobre las bases militares de Estados Unidos en Colombia, Comisión Segunda del Senado, 21 de julio de 2009, debate al que asistieron los ministros del Interior y de Justicia, Relaciones Exteriores y Defensa (E)

La del Polo es una posición de principios. No olvidar que Estados Unidos es un imperio. Las bases son peores que la de Manta. La soberanía, hecha realidad el 7 de agosto de 1819, es el bien más preciado de una nación. Colombia queda acoyundada en la estrategia militar de Estados Unidos. Las bases, una amenaza a los vecinos. Una decisión inconstitucional e ilegal. Tratan de aprobarlo a las escondidas. Estados Unidos se cobra con creces cada dólar que da. Que muestren lo acordado antes de aprobarlo

El Polo Democrático Alternativo dejó ayer una constancia en el Senado de la República, firmada por toda la bancada, y voy a hacer énfasis en algunos de sus aspectos. Lo primero es señalar que nosotros avocamos estos temas como un problema de principios, que no depende de detalles y asuntos menores. En ese sentido, somos de los que piensan que Colombia no debe aceptar bases de tropas extranjeras de ningún país del mundo. Una base extranjera, o una instalación, o el nombre que le quieran dar, porque no se trata de un debate semántico, lo que implica es una actividad militar a favor de intereses extranjeros distintos a los nuestros y en el territorio nacional.

Como bien lo saben los militares y lo puede saber cualquier colombiano, el soldado de cualquier país del mundo defiende los intereses del país a cuya bandera le juró lealtad. Un hombre de armas de Estados Unidos, o brasileño, o argentino, aposentado en una base o en una instalación militar en territorio nacional de Colombia defiende los intereses de ese país y cumple las órdenes militares que le lleguen de sus jefes. Sin importar lo que digan los pactos o convenios, si desde el Pentágono le dan una orden a un soldado norteamericano, este sin duda alguna va a proceder a darle cumplimiento.

Lo de las bases constituye una violación flagrante de la soberanía nacional. Tengo que lamentar mucho que precisamente cuando estamos hablando del bicentenario del Grito de Independencia frente a España, el regalo que les da el gobierno a los colombianos sea el establecimiento de tres bases. Aquí se habla mucho de las fiestas patrias, pero se olvida qué fue lo que se logró en esas fechas, que fue, por sobre todo, sacar las tropas extranjeras de lo que es hoy la República de Colombia, o, en otras palabras, conquistar la soberanía, que es el derecho de los colombianos a autodeterminarnos y hacer lo que pensemos sin que nadie, absolutamente nadie, pueda ejercer la fuerza en contra de nosotros ni presionarnos de ninguna manera dentro del territorio nacional. Aquí se habla de que conquistamos la libertad, la democracia, y puede ser, pero, por sobre todo, expulsamos a las tropas extranjeras y establecimos el derecho a la soberanía.

Se esgrimen una serie de argumentos, que los vecinos, etcétera. También aquí tenemos en el Polo una posición de principios. El fin no justifica los medios. Supongamos que todos los fines que se aducen para instalar las bases sean fines nobles, aceptémoslo en gracia de discusión, y ni aún así se justifican. Si algo le ha hecho daño a Colombia es precisamente la teoría de que el fin justifica los medios. Los unos hacen secuestros levantándose cualquier teoría. Los otros ejercen como paramilitares contra quienes hacen los secuestros y alegan que como son maltratados u ofendidos por las fuerzas guerrilleras, ellos tienen derecho a conformar sus propias fuerzas armadas para buscar desquite. Esa es la lógica. Y entonces, como aquí hay distintas contradicciones que yo no voy a negar, la solución consiste en instalar bases extranjeras en nuestro territorio. Es una lógica que no debe aceptarse en ningún país del mundo.